El diseño como práctica situada

María, contame un poco de tu trayectoria académica

Yo me licencié en Literatura Moderna en la Universidad de Córdoba. En ese momento era muy joven y tenía dos intereses, uno que mantuve y otro que fue mutando. 

El primero era el de la escritura, ese lo fui manteniendo a lo largo del tiempo y el segundo interés eran los discursos marginales; por ejemplo las malas palabras, los rumores y el chisme. Me interesaba observar cómo funcionaban estas cuestiones y durante la primera década de mi formación estuve trabajando sobre ese eje temático. 

Justo en ese momento aparecieron las carreras de diseño que para mí perspectiva eran carreras marginales, te hablo del año 85. En ese momento me ofrecieron introducirme en el camino del diseño y me pareció que estaba en línea con este deseo de estar siempre en los márgenes y no en las cuestiones centrales así que acepté integrarme a equipos vinculados al diseño gráfico. 

Al poco tiempo de conocer este mundo que me pareció apasionante por los modos que tenían de aproximarse a la realidad y la manera de poner el foco en diferentes aspectos de mi producción, roté completamente al diseño y trabajé fuertemente en esa línea. Tanto me volqué a esa rama de investigación que me terminé doctorando en diseño en la Universidad de Buenos Aires y puedo decir con orgullo que recibí el primer título en diseño que obtuvo una mujer en toda América Latina. 

Después comencé en la Universidad Maimónides, ahí el vínculo se dio a través de Daniel Wolkowicz, no sólo comencé a trabajar con el diseño gráfico sino también con el diseño industrial y el multimedial, es decir que comencé a trabajar con todas las gamas del diseño. Igual mi primera vocación de novelista la sigo manteniendo, publiqué varias novelas y también libros de diseño. 

En el 2020, ¿cuáles sentís que son los discursos marginales alrededor del diseño? 

Bueno, yo no diría que ahora hay discursos marginales alrededor del diseño porque lo veo desde otro punto de vista. Ahora estoy en un punto intermedio entre la teoría de Bourdie y Latour, se que este último hace todo su desarrollo enfrentándose a Bourdie pero en realidad es más lo que se enfrentan que aquello en lo que están separados. Hay puntos de contacto o por lo menos yo los puedo establecer.

Desde este punto de vista yo leo la escena del diseño desde la teoría de los campos de Bourdieu y evaluó que hay es un campo en pugna. El diseño está en un momento de transición muy fuerte, se trata de un momento particular, donde hay una armonía que no alcanzo a precisar bien pero me parece que este delicado equilibrio está en el discurso fuertemente tecnológico, entendiendo lo tecnológico desde un sentido global. Por otro lado, hay un pensamiento de diseño que se ocupa de lo tecnológico desde la perspectiva de Latour, que busca integrar la técnica a la vida pero poniendo el foco en nuestras propias realidades latinoamericanas. 

Estás a cargo del proyecto de Tesis, ¿en qué consiste?

Lo que estamos haciendo este año es una es un modo de trabajo diferente, estamos utilizando la metodología de Katherine Mollenhaver pero antes de contartela quiero explicarte desde donde parto yo. 

Hay tres maneras de investigar el diseño; investigar para el diseño, sobre el diseño y a través del diseño. Las investigaciones para el diseño puede ser que busquen metodologías para enseñar o materiales para el diseño en el caso del diseño industrial. En cambio al trabajar sobre el diseño se trabajaría en investigaciones sobre la enseñanza del diseño y finalmente la investigación a través del diseño se trata de llegar a contenidos nuevos a través de estrategias del diseño. 

Entonces quería que en mi recorrido haya investigaciones de los tres tipos, pero finalmente en los últimos años estoy más centrada en pensar en la investigación a través del diseño para llegar a algún tipo de resultados. Es en este sentido que utilizo una metodología que implica pensar el principio didáctico de que la investigación se aprende investigando y la función de quién guía el proceso de investigación es ir tendiendo los andamiajes necesarios para cada investigación en particular. 

Ahora sí, volviendo a la metodología de Mollenhaver … partimos de estos principios generales que tienen cuatro vértices; el primero sería la problemática, después cuál es la perspectiva novedosa que se va a abordar, el tercer vértice que tendría es ver en qué contexto se va a aplicar y el cuarto tiene que ver desde qué metodología de diseño que se va a trabajar. A partir de ahí, este vértice conformaría la base de una especie de pirámide imaginaria con la que vamos a trabajar y terminará con la gestación de un proyecto. 

¿Cómo fueron cambiando los objetos de estudio de los estudiantes a lo largo de los años? ¿qué patrones notas en diferentes momentos? 

No se si puedo pensar patrones pero lo que sí veo es que hasta hace 5 o 6 años atrás venían con preocupaciones sobre el carácter de la multimedia, si se trata de una disciplina o no. Recuerdo una tesis que lamentablemente no se terminó de hacer pero que se trataba de la cartografía del pensamiento de Alejandro Piscitelli, venían con ese tipo de preocupaciones ahora esto desapareció.  

Lo que aparece con más fuerza es la gamificación y la resolución de problemas individuales o personales, por ejemplo ahora hay una tesis que está tratando de generar burbujas, como un “útero” sanador del shock tecnológico pero a la vez que esa burbuja es tecnológica. 

Otra preocupación más corriente es la de generar Apps, en Maimónides se pensaron aplicaciones de turismo como también para generar técnicas de relajación antes de que fueran un auge. 

¿Cuáles  crees que sean las próximas innovaciones del diseño?  

Yo creo que si fuera estudiante generaría un proyecto de tecnología de punta pero con los recursos económicos y materiales de Argentina. Recuerdo que en el 2018 había un estudiante que quería hacer un casco multimedial para moto y bicicleta, entonces relevó el estado tecnológico de ese proyecto y había un caso similar en Rusia. Su desafío fue armar el proyecto con recursos argentinos y lo hizo, llegó a concurso el proyecto en el INTI y todo. A mi me gusta pensar en esa línea, pensar innovaciones desde los estudios argentinos. Me interesa ver la vinculación de los desarrollos tecnológicos y el territorio. Yo creo que el diseño es una práctica situada.