Hasta el 27 de noviembre y de manera gratuita, continuará la muestra que recorre el desarrollo de la actividad científica y tecnológica de nuestro país, a lo largo de sus 200 años de historia.
El año pasado, precisamente el 25 de noviembre de 2010, y en el marco de la entrega de los Premios Sadosky en la Facultad de Derecho, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunciaba -vía teleconferencia- que Tecnópolis sería finalmente una muestra permanente, tras varios idas y vueltas entre el Gobierno Nacional y el de la Ciudad por el espacio que ocuparía la muestra.
Es que, inicialmente, Tecnópolis iba a realizarse en la ciudad de Buenos Aires en el marco de los festejos por el Bicentenario de la Revolución de Mayo precisamente en la zona de parques de la avenida Figueroa Alcorta. En octubre de 2010, el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, negó la habilitación en dichos espacios argumentando que era altamente probable que colapsara el sistema de transporte de la ciudad.
A partir de la decisión del Gobierno Porteño, el Nacional decidió reubicar la muestra en un predio de más de cincuenta hectáreas en la provincia de Buenos Aires, localizado en Villa Martelli (Vicente López) donde, finalmente, el último 15 de julio abrió sus puertas “Tecnópolis”.
En línea con el espíritu inicial, la mega muestra de ciencia, tecnología y arte argentino tiene como fin dar a conocer el desarrollo de la actividad científica y tecnológica de nuestro país, a lo largo de sus 200 años de historia.
Concretamente, Tecnópolis es un hibrido de parque científico, museo al aire libre y espectáculo basado en nuevas tecnologías que tiene casi la misma superficie de la Villette de Francia, la ciudad de la ciencia de París, en la que se experimenta la relación del público con la ciencia, tal como en la muestra local.
Los visitantes encontrarán robots, música, satélites, acrobacias y música -a cargo de Fuerza Bruta-, fuegos artificiales, videojuegos, espectáculos, charlas, intervenciones y recitales, entre otras muchas propuestas que se encuentran dentro de los cinco continentes que conforman Tecnópolis: agua, tierra, aire, fuego e imaginación.
Entre las atracciones más visitadas, se destaca, además, el simulador de vuelo de Aerolíneas Argentinas: es un sistema que consiste en una serie de módulos de hardware y software en el que se puede ver el terreno sobre el que se vuela, condiciones especiales y hasta una plataforma móvil que reproduce movimientos, vibraciones y otras sensaciones mecánicas que permiten experimentar el trabajo de un piloto.
También ha tenido mucha repercusión la instalación que propone viajar a la Antártida. Allí, el primer paso es colocarse el típico traje naranja que suele usarse en uno de los lugares más hostiles del planeta y comenzar a caminar por las pasarelas del glaciar Perito Moreno, ver sus característicos deshielos y sentir los 7 grados bajo cero que se respira en las proximidades del Lago Argentino.
La muestra Tecnópolis abrió sus puertas al público el 15 de julio y funcionará hasta el 27 de noviembre. El 2 de septiembre, volvió a abrir sus puertas nuevamente tras permanecer cerrada durante diez días. El predio se encuentra sobre la avenida General Paz, entre Constituyentes y Ricardo Balbín y la entrada es gratuita. Ya recibió la visita de más de dos millones de personas.
Los interesados en visitar la muestra, pueden seguir las novedades de la misma en http://tecnopolis.ar/, en Twitter (@tecnopolisarg) y en Facebook: https://www.facebook.com/tecnopolisargentina
Las partículas elementales
En el marco de la mega muestra de ciencia, tecnología y arte argentino los visitantes tendrán la oportunidad de ver, en el espacio Aire, un desarrollo de Gabriela Golder, docente de la Escuela de Comunicación y Diseño Multimedial de Universidad Maimónides, precisamente de la materia “Técnicas Audiovisuales”.
Concretamente, “Las Partículas Elementales” es una proyección realizada por Gabriela Golder a partir del Archivo del Noticiero Sucesos Argentinos (1938-1972). El eje de la obra es el Trabajo y los trabajadores. Fábricas, engranajes, cuerpos en movimiento, manos haciendo, miradas atentas. El trabajo como base de cualquier construcción. Imágenes de gran tamaño ocupan el espacio, irrumpen y se resignifican. La historia de un país a través de imágenes de su fuerza laboral y entorno.
