Primer experiencia en el BAFICI
Nuestro cronista invitado, el estudiante de periodismo Miguel Moukaerzel, estuvo por primera vez en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, que se desarrolló del 3 al 15 de abril de 2007, y nos relata parte de su experiencia desde una mirada ingenua, personal y crítica.
Primera experiencia en el festival del cine independiente. Bueno…el término independiente puede ganar o perder en su terminología de acuerdo a la película que se pueda mirar. Digo "que se pueda mirar", porque para una persona (como yo) que vive lejos y además debutante en este festival, conseguir una entrada puede resultar muy tedioso… Ok… 1er día… Tenía planeado ver Bamako, Old Joey y Noise. Pero se hizo imposible ver las primeras dos, ya que no había entradas "Dame Noise" le dije a la chica que soportaba esa vorágine de compra-venta de entradas. "A ver…. mientras me imprimís los tickets, veo que más puedo elegir para llegar a Noise (función 23:30hs) sin morirme de embolia (eran las 18hs)", pensé y le dije a la señorita expendedora de entradas…. "Nada, nada y nada" fueron sus palabras ante mis sugerencias cinéfilas. Ok… sólo Noise. Me fui al Atlas Santa Fe. Allí sólo encontré Cain’s Descendant. No había leído mucho, pero al menos amenizaba el tiempo de espera, aunque luego me iba a dar cuenta de que haber caído en esa sala iba a ser una experiencia bellísima.
Bellísima y nublosa historia acerca de un ex-presidiario, que el destino o su voluntad pareciera no querer encontrar un nuevo rumbo para su vida. Munakata estuvo preso por un crimen que marcó toda su niñez, y una vez que pagó en la cárcel ese asesinato, consigue una pseudo-libertad, con la cual deberá lidiar en sus (largos y monótonos) días. El cansancio físico y espiritual del ex-condenado es agobiante, y para colmo, su nuevo lugar, donde pasa sus días arreglando productos electrónicos, es un encierro que no difiere mucho de una cárcel. Allí, el joven coreano deberá cumplir las órdenes del jefe de la fábrica y soportar las diferentes actitudes que tienen hacia él. Desde la irritable insistencia de la hija del dueño de la empresa por unirse a un grupo religioso, hasta las amenazas y malos tratos que recibe de su compañero de trabajo. Munakata es un hombre introvertido, pero con más seguridad de la que aparenta. La experiencia traumática que vivió de chico pareciera ser tan real en su rostro, como lo son sus ojos o mejillas. Toda esta desolación por la cual el personaje transita tiene como contexto una ciudad industrial, llamada Kawasaki, lugar en el cual el cielo no está cubierto de esponjosas nubes blancas, sino de nubarrones enormes y grises que causan, en muchas ocasiones, lluvias ácidas… Pero la quietud y pereza de sus días terminan para Munakata, cuando se le ordena construir un aparato para nada inocente. Desde el comienzo hasta el fin de su (nueva) tarea, el obrero va, inconscientemente, metiéndose en un espiral del que parecía haber escapado. Tal como lo señala el (acertadísimo) título del film, Munakata fue expulsado del paraíso, y pareciera no tener retorno.
Noise
No es nada nuevo lo que voy a criticar. Además, en última instancia, es mi ingenuidad lo que me llevó a ver esta película. Sin embargo, tengo que decirlo: "Un policía que tiene una lesión auditiva (un zumbido agudo) atiende denuncias vecinales. Noise incorpora el policial y la violencia australiana a su construcción fantasmal de los sonidos cotidianos. Gran secuencia de apertura" No sé si alguien escribió esto o sólo se limitó a "copiar-pegar", pero esta breve reseña de Noise (extraída de la gacetilla de prensa del BAFICI) no puede estar más errada. Mi hermana me dijo: "aún si la historia se centrara en la lesión auditiva del policía, tampoco es muy atractiva"… A mí no me pareció eso… Lástima lo errado del comentario recién entrecomillado, ya que la discapacidad del oficial era un minúsculo elemento que le daba (algo de) color, a una película que contó con todos los clishés posibles que el género propone. En fin… Noise es el típico caso policial, donde un asesino serial se "encarga" de 7 personas en un subte, dejando viva a una chica. Según la gacetilla, esos primeros minutos fueron una "gran secuencia de apertura". Quizás adjetivos como previsible y forzoso ayudarían a esa crítica. Luego de ese comienzo, el film australiano sigue por los carriles normales y ya transitados por muchas películas holywoodenses… o sea…. El clásico psicópata que pretende lograr dos objetivos…Uno es aterrar a la chica que dejó viva, y el otro es entrar en un juego psicológico con los federales, en el cual el asesino dará pistas, ya que su deseo es dejar en ridículo a la policía, aún corriendo el riesgo de ser capturado. El problema no es sólo del guionista, sino también de los actores. Los federales cumplen su rol de "vamos a atraparlo, pero esto me esta desbordando" y la chica aún viva irrita con su forma superficial de "me van a matar… me van a matar". El oficial que tiene un problema de audición tiene breves momentos en el cual su humor y su seguridad hacen recordar al duro de matar de Bruce Willis… pero no más… Otros personajes secundarios, como por ej. vecinos de la zona, cumplen bien su función dentro del film, pero su lugar en la película hace que tampoco se desarrollen mucho. La violencia se presenta recién al final, y es cuando la película sale del letargo en el cual se había estacionado durante una hora y media. Aquí sí hay una "gran secuencia", pero de cierre. En fin… volviendo a mi ingenuidad y quizás haciendo una pregunta tan obvia como el largometraje: ¿Cómo entró esta película al BAFICI?… No lo digo por que no me gustó, sino por lo convencional que es… es decir… ¿No habrá otro cine australiano que esté en conexión con eso del cine independiente (de ideas)?
Este artículo fue publicado originalmente en el blog http://yourblues.blogspot.com/
Llega la edición de UX de FuckUp Nights Buenos Aires a la Universidad Maimónides
14 de mayo 2023
Diseñadores Digitales de ORT podrán continuar su carrera en la UMAI
6 de febrero 2022
Las tendencias en Gamificación para 2023
6 de febrero de 2023