Entrevista a Damián Micenmacher de paso por Buenos Aires – UMAI – Escuela multimedia
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Entrevista a Damián Micenmacher de paso por Buenos Aires

Entrevista a Damián Micenmacher de paso por Buenos Aires

Damián ¨Mich¨ Micenmacher es uno de los egresados de la licenciatura en comunicación y diseño multimedial de la Universidad Maimónides de Buenos Aires. Tiene su residencia, desde hace cinco años, en Barcelona y de pasó por su ciudad natal, visitó la institución para hablar de los diferentes proyectos en los que trabaja.

Con su característica manera de ser inquieta y creativa, no deja de generar y concretar ideas que definen su perfil profesional de líder multitasking y su concepción vanguardista del diseño y la comunicación, en la que enmarca, entre otras cosas, un nuevo emprendimiento que gerencia entre Buenos Aires y Barcelona: moshko.

¿Cuáles son los proyectos en los que estás trabajando actualmente?

Hasta hace algunos meses trabajé en la coordinación general del Primavera Sound , un festival de música que convoca a cincuenta mil personas, durante tres días y tiene un presupuesto de unos tres millones de euros. El evento se realiza desde hace seis años en Barcelona, a fines de mayo principios de junio que es cuando llega la primavera.

Fue una etapa muy fructífera pero, después de dos años, decidí dejarlo porque no quería que una sola actividad ocupara todo mi tiempo productivo y lo que yo le podía ofrecer a la empresa no era compatible con lo que necesitaban, ya que el evento demanda una dedicación completa y constante durante todo el año, pero prefiero dedicarme a distintos proyectos y diversificarme a través de diferentes propuestas.

Después me ofrecieron volver a trabajar con ellos en la organización del Primavera Club , el 1 y 2 de diciembre, con la misma estructura artística que el Primavera Sound, pero con un mes de anticipación, junto con la persona que se encarga actualmente de la coordinación general, que ya trabajó conmigo en el evento anterior.

¿También estás organizando un festival de cine?

Si, es el festival de cine de animación Xinacittà que estamos preparando para junio de 2007. Es una muestra de animación de autor chiquita, que se hace gratis, al aire libre, en Barcelona y está abierta a toda la comunidad. Dura tres días en tres sesiones por la noche. El año pasado convocó a mil quinientas personas por sesión, y tiene un presupuesto de cuarenta mil euros.

En cuanto a la selección de las piezas que se exhiben, lo importante no son las técnicas con las que están realizadas sino la temática, que varía cada año. Esta vez será ¨El arte de subsistir: Migraciones, utopías, ingenios¨ .

Una de las características de este festival es que, a diferencia de otros, no convocamos a los realizadores para que muestren sus piezas sino que salimos a buscarlas. Las obras pueden ser muy diferentes y de diversa procedencia. Los autores pueden ser famosos o no, contemporáneos o no, es decir atemporales. Nos interesa lo que expresan desde la historia, desde el mensaje, sin que sea necesario que utilicen la última tecnología.

¿Cómo te definirías como profesional?

Lo que mas me gusta es gestionar proyectos creativos. Estar en el lugar donde se gesta, donde se origina una idea, y a partir de allí implementar los mecanismos que la hagan posible.

En el caso del festival de cine de animación, la intención es que el proyecto sea más grande de lo que fue hasta ahora. Tenemos muy buen material para exhibir y lo estamos reestructurando para convertirlo en un proyecto rentable. Hay subvenciones del gobierno pero no alcanzan para costear todos los gastos. Se le paga a todos los participantes y lo que quiero intentar es hacerlo sustentable. Además, desde que me incorporé al proyecto nos propusimos extender los límites del festival. Quiero comunicar lo que hacemos para que llegue más lejos y a más personas en distintos países. La idea es hacerlo itinerante y que de vuelta por el mundo. En junio lo haremos en Barcelona y estamos pensando en otras ciudades con las que estamos conversando como Madrid, Buenos Aires, Montreal, Atenas, Londres, Lisboa, Vancouver…

Estos son proyectos de otros a los que me sumo, pero también está Moshko , que surgió como un juego pero que hoy es realidad. En Moshko participamos en la parte creativa Sergio Saleh desde Buenos Aires, Santi Sapone desde Valencia y yo desde Barcelona.

¿Por qué surgió como un juego?

Tiene que ver con una anécdota de mi vida. Cuando era adolescente, en la calle Florida vendían remeras de bandas y yo buscaba siempre la del grupo The Police que ¨nunca¨ estaba. Desde entonces surgió ese cuestionamiento: ¨¿por qué no está la remera que quiero?¨. A su vez, siempre me gustó mucho el cine, y un día hace tres años, se me ocurrió la idea de hacer remeras de las películas que me generan admiración como El Padrino o El Ciudadano, pero no quería que fuesen fotogramas sino la reinterpretación de esas películas de cine de culto.

Junto con Sergio y Santi pensamos diferentes ideas que concretamos visualmente, pero tuvimos el proyecto parado dos años porque no contábamos con el capital, hasta que lo conseguimos a través de familiares que viven en Argentina. En diciembre del año pasado produjimos los primeros modelos que se empezaron a vender cada vez más. En el Primavera Sound tuvimos un stand de venta y el producto tuvo una recepción genial. Nunca nadie vendió tantas remeras en ese festival.

¿Entonces ahora diseñás indumentaria?

En general, Sergio genera el guión o la idea a comunicar a través de la remera, Santi los plasma visualmente y yo me ocupo de la gestión del proyecto, es decir de la parte comercial. Realizo los contactos y me ocupo de la producción, pero también hay ideas que se me ocurren a mi y las conversamos entre los tres. Hasta que la idea se cierra y nos convence, hay varias instancias. A veces, el producto final que surgió a partir de una idea interesante no nos satisface y lo desechamos, o la idea no era tan buena pero la trabajamos y cierra. En cada caso es diferente el proceso, pero lo importante es que las cosas funcionan cuando se suma la energía del potencial que tiene cada uno, y algo importante es que cada uno haga lo que mejor sabe hacer.

Tenemos muy buena recepción de las remeras en todos los lugares a las que las llevamos. Estuvimos por ejemplo en el festival de música Sonorama en Aranda de Duero, en Burgos, y en el Festival de Cine de San Sebastián y nos fue muy bien. La gente encuentra que por fin se hace algo distinto y que está hecho por alguien que entiende lo que quieren. Es algo generado por freakis para freakis. Todavía no llegamos a recuperar la inversión, pero la idea es poder continuar y hacer remeras en relación a diferentes ámbitos del arte, como la música o la pintura. Tenemos varias ideas para desarrollarlas en función de temáticas argentinas, por ejemplo sobre el Eternauta.

¿Quién o qué es moshko?

Al final del el libro ¨La naranja mecánica¨, hay un glosario que explica algunos términos y está la palabra ¨mosco¨ con el significado de ¨cerebro¨. Tomamos el término y lo modificamos. Así quedó ¨moshko¨, que para nosotros es el niño que cada uno lleva dentro y el artista que trata de expresarse en lo que hace.

¿Por qué una estética en la que convergen lo tierno de la carita de un niño y lo monstruoso de un cerebro al descubierto para conformar la identidad de la marca?

En realidad no queremos cerrarnos en una estética puntual por eso aparece una mezcla de cosas. La carita puede remitir a los playmobil, también hay algo en la web de Monty Python.

Lo que queremos transmitir es la importancia de la idea por sobre todas las cosas, por eso trabajamos desde un guión que hacemos por cada una de las remeras. En el cine hoy podés ver películas técnicamente correctas pero si el guión, si la idea falla, el resultado es malo.

Cuando un músico interpreta la canción de otro dice que es un homenaje, puede que lo que hacemos lo sea. En nuestro caso tratamos de devolver algo a los que hicieron esas películas que tanto disfrutamos. Entonces, es un homenaje, es bonito y si es rentable mucho mejor. Por otra parte, el solo hecho de que la gente nos reconozca nos emociona y gratifica. En San Sebastián nos encontramos con un tipo muy emocionado que tenía todas las remeras.
También nos convocaron para diseñar la remera oficial de un festival de cine independiente, que finalmente no se concretó, pero lo positivo es que surjan posibilidades.

Recién estamos cumpliendo un año de trabajo, y algo genial que nos pasó es que la editorial Taschen seleccionó nuestro proyecto para formar parte de un libro, que se llama ¨Young fashion designers¨, y se editará en todo el mundo a principios de 2007. El libro contiene una selección de 60 creadores que rompen moldes hoy en día.

¿Seguís trabajando en desarrollos web?

Sigo desarrollando proyectos de web sites e identidad corporativa de algunas empresas que me contratan. Lo que yo hago es gestionar los proyectos multimedia. También sigo colaborando de vez en cuando con Base , un estudio que tiene sedes en New York, París, Bruselas, Barcelona y Madrid, que por suerte me sigue convocando. Una de las últimas cosas que hice para Base fue producirles una fiesta muy importante, a la que asistieron sus clientes de todo el mundo.

En todos los casos, trabajo por objetivos. Si hay un problema busco soluciones y hago que las cosas funcionen. Como en el caso de moshko, me encargo de unir los eslabones para que el proyecto llegue a buen término.

También ejercés la docencia ¿Qué le trasmitís a tus alumnos?

Me sumé a la cátedra de Proyectos Interdisciplinarios II, en la Escuela de Diseño y Arte EINA que comparto con un periodista y un arquitecto, y se dicta en el cuarto año de las carreras de Diseño Gráfico, Diseño de producto y Diseño de Indumentaria de uno de los centros educativos más prestigiosos de la ciudad. Es la última materia que los alumnos cursan antes de realizar el proyecto final de su carrera.

Los mezclamos, aunque provengan de diferentes orientaciones, porque pensamos que al trabajar todos juntos se suman sus diferentes maneras de ver las cosas, desde la gestación de un concepto hasta una acción gráfica. Tenemos en cuenta que uno desarrolla su profesión de acuerdo a lo que le gusta, nutriéndose de diferentes cosas para encaminar su carrera hacia donde quiere.

Les proponemos la simulación de situaciones que en algún momento pueden llegar a suceder. Los proyectos pueden ser diseñar la escenografía de una obra de danza u organizar determinados eventos en las terrazas de toda la ciudad. Es decir, buscamos sacarlos del lugar del diseñador gráfico que solo hace libros.

¿Qué otras actividades desarrollás?

Participo también en un colectivo que se llama ¨GRRR¨ . Lo que hacemos es trabajar por el bien de la comunidad visual. Editamos una revista para diseñadores con notas relacionadas con el diseño gráfico, en la línea de la investigación y la divulgación de actividades relacionadas con la profesión. El último sábado de cada mes hacemos actividades gratuitas, abiertas a la comunidad, como charlas de gráfica reivindicativa, exhibición de películas o talleres de caligrafía. Los asistentes son en su mayoría de escuelas de diseño de Barcelona y para inscribirse ponemos como condición que cada persona proponga otra actividad. El objetivo es generar un vínculo con otra gente para que cada uno brinde su aporte y así producir un flujo.

¿Qué te motiva a realizar tanta diversidad de cosas?

Soy una persona muy inquieta y pienso que las cosas no son casuales. Me dejo llevar por mis instintos y, principalmente, no me cierro a nuevas propuestas. Estoy abierto a lo que sale. Es lo que puede verse en el michKult , que es un espacio donde se juntan personas relacionadas con la comunicación, que no es mío sino de la gente, sin la que no existiría. Es algo que no me da dinero pero si satisfacciones porque cuando dos personas se vinculan a través del foro, por el hecho de ser un nexo ya me enriquezco.

Me motiva juntar las energías de todos para que cada uno aporte conocimientos de acuerdo a las cosas que le interesan y culturizar a la gente en un espacio de relación social, en el que yo soy el primero que lo necesita porque soy como una máquina que tomo cosas de aquí y de allá. Recibir influencias de todos lados hace que uno se cuestione, que se pregunte por qué pasa determinada cosa y que crezca, y eso me motiva. En el caso del michKult, por ejemplo, hay diseñadores, filósofos, periodistas, fotógrafos, sociólogos, psicólogos, arquitectos y, también, ¨gente normal¨, y cada uno aporta diferentes cosas.

Soy ¨hiperrecontramegacurioso¨. Más allá de lo estético y del diseño me interesan muchísimas otras cosas. Creo que una motivación fundamental en mi vida es la curiosidad.

La actitud curiosa de Damián Micenmacher le permite generar proyectos sin encasillarse y abierto a nuevas propuestas. Sus gustos, sus búsquedas estéticas y conceptuales, y todo aquello que le brinda satisfacciones, lo capitaliza a través de su profesión y las diversas actividades que emprende, con una forma de ser caracterizada por un constante crecimiento, aprendizaje y cambio. Quién sabe que nuevas propuestas se estarán gestando en la cabeza de Mich para no ahorrarnos el asombro…

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