Denegri: una intervención poética en el espacio urbano
Denegri eligió para su obra la imagen del ojo de un hombre que mira hacia el cielo de Buenos Aires, a los autos y a la gente que pasa, y también a la plaza y al Congreso. El ojo de la Confitería del Molino observó todo desde su altura de Cíclope.
Adentro, en el salón central de la confitería, una veintena de mujeres se mueven, ríen, lloran, gritan y cantan su borbotón de emociones unas tras otras, mientras son atrapadas por una red surgida de las manos de Manuel Ameztoy.
En el video, también hay una boca de mujer que susurra frases dulces y grita palabras hirientes, quizás, al ojo de ese hombre, que la mira también a ella, a esa boca.
Josefina Lamarre seleccionó los textos y coordinó al grupo de actrices que realizaron la representación en la planta baja de la Confitería del Molino. "Los textos abordan cuatro aspectos relacionados con la mujer y la pasión: lo erótico, el odio, la alegría como pasión y la maternidad", explicó Lamarre.
El grupo de fans de una banda de rock que tocó en la plaza, los turistas, los vecinos, los canillitas, la gente en los bares, los policías del Congreso y quienes transitaron durante el fin de semana la intersección de las avenidas Callao y Rivadavia , divisaron al ojo y a la boca. De esta manera, el video de Andrés Denegri intervino en la cotidianeidad urbana junto con la apertura del histórico edificio del Molino.
La performance El Cíclope y la Pasionaria reunió en un mismo evento efímero y poético, la actuación, la literatura, la música, el cine y la plástica, a través de las obras de Amestoy, Denegri y Lamarre.
Andrés Denegri es docente de la materia Técnicas Audiovisuales de la Escuela de Comunicación Multimedial.
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