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Custodiando la memoria del cine nacional

Custodiando la memoria del cine nacional

El alumno Fernando Iacobaccio, del primer año de la Licenciatura en Tecnología Multimedial, Cátedra de Humanidades, desarrolla su reseña sobre la charla ofrecida por el historiador de cine Raúl Manrupe en el Auditorio de la Universidad Maimónides, dentro del ciclo de conferencias “Pensar la cultura”.

Custodiando la memoria del cine nacional

Raúl Manrupe, investigador, realizador y coordinador del Área Cine y Video del Centro Cultural Ricardo Rojas, dio lugar a una interesante y llamativa presentación. Un hombre sencillo, de notables conocimiento sobre el cine y su historia –particularmente el cine nacional-, cálido y peculiarmente gracioso, comenzó por contarnos cómo es escribir sobre cine en Argentina. Como primer ejemplo, tomó uno de los libros que realizó junto con un grupo de investigación (“Un diccionario de films argentinos”)  y explicó, de manera entendible para cualquiera, lo que significaba el haber publicado un tomo sobre las reseñas de las películas argentinas más significativas desde el año 1930 a 1995.
Explicando los orígenes de esta obra, confesó haber tenido dificultades por las cuales pasar y etapas de aprendizaje vitales para nunca bajar los brazos. Hubo momentos donde sus palabras eran como las de un maestro, con ejemplos concretos sin ningún tipo de vacilaciones y respuestas sin titubeos ni vueltas.

–    “…Dentro de la Argentina existe una necesidad de dejar constancia, registro, de que se pueda hacer una revisión. Es como si quisiéramos probarnos cosas a nosotros mismos…”


Con esta frase, el disertante encaminó la charla a la razón por la cual pretendía, en aquel entonces, comenzar un arduo proyecto de investigación cinematográfica y plasmarla en un tomo explicativo de las películas importantes y no tan importantes del cine nacional.
El primer tomo demoró en realizarse cinco años, y según Raúl la “inspiración era vital –y lo sigue siendo…” para la realización diaria de fichas sobre películas que probablemente pocos hayan visto.

–    “… lo primero que me inspiró fue un libro de Romero Alsina: ‘Cine Sonoro Americano y los Oscars de Hollywood’; y cuando lo terminé de leer me dije: ‘Qué bueno sería hacer un diccionario de actores’ como ‘Biografías de gente de cine’ de Malteen…”


Al pasar el tiempo, iba comentando anécdotas de cómo conseguían las películas para mirarlas y luego, en la Biblioteca Nacional, buscaban las críticas de diarios y revistas para incluirlas dentro de las fichas de cada una de las películas que iban apareciendo. Un hecho llamativo fue la súbita confesión de su ambición por realizar las fichas de películas que no habían sido estrenadas o habían quedado inconclusas en el país, pero lo más sorprendente fue la inclusión de películas estrenadas sólo en el extranjero. Claro está, que las películas que habían sido estrenadas en países extranjeros incluían una crítica de algún diario o revista del país del estreno. Otra de las sorpresas del tomo fueron las películas de origen extranjero pero con coproducciones nacionales.
Un dato influyente, pero no menor, fue que en cada una de las fichas de las películas se hacía una referencia histórica de acuerdo al momento cuando la película había sido estrenada, como por ejemplo referencias a un mandato presidencial, la muerte de algún líder político importante, o un acontecimiento artístico, etc.
Al avanzar sobre la charla, el confesado amante del cine nacional reveló muchas de las fuentes de información donde recopilaba las críticas, resúmenes, repartos y dirección, entre otras cosas, de las películas tanto netamente nacionales como las estrenadas en el extranjero. Entre las fuentes se encuentra la famosa revista de cine de antaño que publicaba  el Cine Club Núcleo y la publicación “CINE en la cultura argentina y latinoamericana”. Luego tomaban comentarios de revistas de fichas de las películas, recortes de diarios, todo ayudaba a recopilar información. Además, mandaban cartas a –por ejemplo- España, para recaudar información sobre aquellas coproducciones o películas estrenadas allí pero no en el país.
El orgulloso autor confesó:

–    “Empezamos a recorrer, a medida que el libro iba creciendo, editoriales, bibliotecas, etcétera. No éramos más que unos chicos jugando a ser investigadores, muchos, ni siquiera contestaban nuestras cartas. […] Antes de presentar el libro no éramos nadie y ahora somos los autores del libro.”


Pese a los momentos duros que tuvieron que sobrellevar, el coordinador del Área Cine y Video en Centro Cultural Ricardo Rojas, rescata un valor fundamental para el comienzo y continuación de un emprendimiento de ésta magnitud:

–    “Cuando es un trabajo de investigación es fundamental hacerlo en equipo; y hay 4 variantes, trabajan los 2, no quieren trabajar ninguno de los dos, quiere uno y el otro no, o quiere el otro y uno no. En lo que cada uno es mejor, es importante aprovecharlo.”


Exponiendo anécdotas de los buenos momentos y las enseñanzas aprendidas, Raúl, como cualquier maestro que enseña a sus alumnos, explicó que la perseverancia es crucial para poder llevar a cabo día a día un proyecto así, o cualquier proyecto a largo plazo como una monografía o una tesis. Para explicarlo habló de una “disciplina” al momento de hacer este tipo de cosas.  “…No dejar pasar un día sin hacer al menos una página…” dijo citando a un autor, pero a lo que se refirió él es a que siempre, día tras día, hay que hacer algo. “…Un día quizás haces 25 páginas y al otro día buscas si ‘comisión’ va con ‘S’ o con ‘C’…”
Al concluir la charla ahondó un tema que surgió por las preguntas que los espectadores le iban haciendo a lo largo de la exposición, que hoy en día lo ofusca: los dibujos animados de la industria nacional. Teniendo en cuenta que el primer largo de dibujos animados es una creación nacional, animaciones cuadro por cuadro de dibujos que hablaban de política y se mofaban del gobierno de turno, hoy él ve a la industria deteriorada y sin rumbo concreto. Aborrece la falta de compromiso en la industria del largometraje animado nacional:

–    “Los cortos son fascinantes, pero de los largos se perdió el rumbo; o fallan al target, o, no hacen las cosas de la manera correcta. Hay errores de animación donde un animador los nota sin ser especialista.”


Luego de hablarnos del segundo y tercer tomo de “Un diccionario de films argentinos”, confesó que en algún momento de la investigación, con el avance de la tecnología en la comunicación, la facilidad con la que se consigue una película hoy en día y la creciente cantidad de películas nacionales y coproducciones argentinas, se le cruzó por su ocurrente y alocada mente realizar un resumen mensual de las películas que iban siendo estrenadas, pero que era mucho más demandante y costoso, por lo tanto, contó que por el momento junto a sus compañeros de equipo irían armando un tomo cada –aproximadamente- 5 años o menos.
Para finalizar, comentó la composición de su equipo de investigación como “peculiar” y “compuesto como debe ser todo grupo de investigación histórica”. Raúl accedió a contarle a los oyentes que si desean armar una tropa de averiguación, era necesario contar tanto con personas jóvenes recién graduadas como de gente con mucha experiencia; para poder discutir de cómo se ve una película de acuerdo a la mirada del espectador.
El autor de los tomos de “Un diccionario de films argentinos” concluyó su charla diciendo:

–    “…Hoy por hoy el cine está en todos lados, en el tren: con los muchachos que te ofrecen la última de Keanu Reeves –que está en cartelera-; en tu compu: con ‘Cuevana’ y todas esas páginas para ver peli; en la calle; en todas partes. Hay millones de festivales de cines y mientras pasa el tiempo se están creando nuevas generaciones de espectadores…”

Gracias a él, se puede contar con un resumen específico de lo que significa el cine argentino. Gracias a fervientes amantes de “lo nuestro”, como Raúl, es que hoy contamos con tamaña colección de títulos guardados en uno -o tres- tomos para jamás olvidar a los éxitos y a los productos nacionales que nos hicieron lo que somos hoy, una poderosa industria de creación y producción de películas e ideas para exportar al mundo y seguir pisando fuerte en la industria del cine y el entretenimiento.

Crédito de la fotografía: Sergio Victorino

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